Continuando con la entrada pasada, en donde se analizó el protocolo en la boda entre William y Catherine el pasado 29 de abril, les presento esta vez un análisis de la boda en cuanto a los aspectos de imagen pública, es decir, qué hicieron y por qué lo hicieron para provocar una respuesta muy obvia: la aceptación de la nueva pareja y el cambio de percepción de la realeza.
Como bien se sabe, la monarquía inglesa es considerada la "madre" de todas la monarquías o la más relevante del mundo, por su antigüedad, por su vigencia y por reinar sin interrupción. Pero por esta misma antigüedad, era vista actualmente como algo viejo, aburrido y anticuado. Esto ha cambiado a raíz del anuncio del compromiso entre los nuevos Duque y Duquesa de Cambridge.
El público inglés quedó cautivado con la pareja, ya que además de ser joven, moderna y encantadora, estaban enamorados. Esto dio lugar a un pensamiento generalizado que se afirmó con la boda: los cuentos de hadas sí existen. Y es que esta historia en verdad era de cuento de hadas, ya que por primera vez en la realeza inglesa, se casaban un príncipe y una plebeya. Kate representaba a la mujer inglesa común, estudiante, trabajadora, y que tuvo la fortuna de adueñarse del corazón del príncipe.
A continuación algunos de los aspectos de imagen pública que la realeza manejó en torno a Kate y William, además de los símbolos que reforzaron su mensaje:
- La relación entre Kate y William es conocida desde hace ocho años, sin embargo, jamás hubo muestra de afecto explícitas que pudieran constatarlo, ni un solo beso en público. Fue cuando se anunció su compromiso, que los ojos de el mundo se volcaron hacia ellos. Desde el momento en que se supo que Kate era una chica de clase media y sin títulos reales, se creó una identificación total del pueblo con ella. El hecho de que un miembro extremadamente importante de la realeza (príncipe y futuro rey) por fin tuviera la libertad de elegir a su pareja sin importar su origen, le dio una imagen de renovación total a la Corona, lo que le brindó a esta la simpatía de muchos ingleses e incluso de gente de diferentes partes del mundo. Por otro lado, la relación entre Kate y William dio la imagen de ser muy diferente a las relaciones pasadas de la monarquía; era un noviazgo bien consolidado y no "armado" como el de Diana y Carlos, ambos tenían una profesión, habían vivido juntos, y habían decidido por ellos, y no por presiones de la Corona, por fin casarse. Esto los hace similares a las parejas inglesas de hoy en día, que no sólo buscan un matrimonio, sino un desarrollo personal y la seguridad de dar el siguiente paso con su pareja, lo que automáticamente les generó apoyo y simpatía.
- Por ser una boda real, ésta tenía que ser majestuosa e inolvidable, sin embargo, esta vez por decisión de la pareja, se optó por hacer una celebración más sobria y menos presuntuosa, justificando esto por la difícil situación económica que afecta al país, pero que lleva un fondo que sin duda les generó excelentes respuestas: el dar la imagen de personas conscientes y con una visión diferente del gasto de dinero por parte de la realeza. Por ejemplo, como regalo de bodas, ambos argumentaron que preferían donaciones económicas a las fundaciones que apoyan en lugar de costosos objetos materiales, lo que les da la imagen de personas generosas y con intereses humanitarios. Sin duda las cifras de gastos son sumamente altas, pero mucho menores a bodas anteriores.
- Otro detalle que los acercó al pueblo y les hizo ganarse su cariño, fue el hecho de involucrarlos el día de su boda. Fueron invitados 100 ciudadanos ingleses al azar, recibiendo personalmente una invitación de la Realeza, lo que los hizo sentirse especiales y parte de este evento tan significativo para el país. Los novios expresaron que deseaban que el pueblo se involucrara de manera más profunda en su enlace, y que su presencia era importante para ellos. Además, uno de los pajes, elemento importante de la ceremonia, era el hijo del secretario de los Príncipes William y Harry, y Kate Middleton invitó a algunas personas del lugar donde creció, como el carnicero y el cartero, ya que habían formado parte de su vida.
- El hecho de que contrajeran matrimonio en la Abadía de Westminster, les da una importancia mayor como nuevos Duques de Cambridge, ya que es un lugar sagrado y de extrema importancia para Gran Bretaña, por albergar los restos de figuras tan importantes como Charles Darwin, y que además fue un lugar en el que se despidió a la figura más importante para el pueblo en las últimas décadas: la Princesa Diana. Esto en cuestiones de imagen ambiental, creó un entorno de sentimiento, nostalgia y respeto, que pudieron percibir los propios invitados, la gente en el exterior del lugar y los millones de televidentes.
- La imagen de Kate fue impecable. Lucía bella, sencilla y digna de ser futura princesa y reina. Su vestido, el mayor secreto guardado desde el anuncio del compromiso, perteneció a la casa Alexander McQueen, siendo un diseño de Sarah Burton. El hecho de que el diseño perteneciera a esta firma, fue un gran detalle que tuvo gran aceptación en el público en general, ya que fue un tributo al fallecido Alexander McQueen, debido a un suicidio cometido el año pasado. El vestido reflejaba a la perfección su estilo natural - romántico, haciéndola llevarlo con el mejor porte y naturalidad. Además, al no haber sido ostentoso, comunicaba la sobriedad que ya se mencionó. Un detalle dulce, fue el hecho de que su ramo de novia incluyera la flor llamada "Sweet William" ya que provocó ternura y romanticismo al hacer alusión al nombre de su ahora esposo.
En cuanto al Príncipe William, éste portaba el uniforme de Coronel de la Guardia Irlandesa, cargo honorario del cual es poseedor, el cual le aportaba una imagen de poder por el brillante color rojo y las medallas e insignias que le corresponden.
- En cuanto al polémico vestido de la hermana de Kate, Pippa Middleton, desde un punto de vista protocolario y de imagen, creo que fue incorrecto que también utilizara el color blanco, ya que por tradición, sólo la novia puede utilizar este color. Además, el diseño no me pareció adecuado en cuanto a la hora de la ceremonia y al protocolo de vestimenta, ya que era un vestido largo y muy escotado, que finalmente, acaparó la miradas del mundo entero. Entiendo la explicación que se dio respecto al color, pero no la comparto.
- Finalmente, el vestido de la reina, tan criticado pero que sin duda llamó la atención. El color, un amarillo brillante, reflejaba optimismo y alegría, por lo que no me parece incorrecto que lo haya portado. Sin embargo, se esperaba algo más sobrio por parte de ella, por su edad, su estilo y su posición monárquica.
Esto es todo como conclusión de esta maravillosa boda, que nos hizo recordar los cuentos de hadas y anhelar que aun existan. Mientras tanto, la imagen de la realeza se ha fortalecido y seguramente continuará creciendo ya que la historia de Catherine y William apenas comienza.
Espero les agrade y son bienvenidos sus comentarios. ¡Gracias!